lunes, 8 de junio de 2020

RESTAURACIÓN DE NTRA. SRA. DE LA CARIDAD- PATRONA DE CARTAGENA


RESTAURACIÓN DE LA VIRGEN DE CARIDAD (PATRONA DE CARTAGENA)



Obra: Virgen de la Caridad.
Dimensiones: 186 x 147 x 123 cm.
Técnica: Madera de tilo policromada.
Autor: Atribuida a Giacomo Colombo.
Época: 1723.
Propiedad: Santo Hospital de Caridad de Cartagena.
Tiempo de ejecución: 7 meses

Desde finales del pasado mes de julio, se ha procedido al estudio y a la posterior intervención de la Virgen de la Caridad (Patrona de Cartagena) en el Centro de Restauración de la Región de Murcia. Una estancia que se ha simultaneado con las obras de rehabilitación arquitectónica que se están llevando a cabo en la iglesia del Santo Hospital de Caridad de Cartagena (actualmente todavía en proceso).
La Virgen de la Caridad es una talla en madera policromada atribuida al escultor Giacomo Colombo, fechada en 1723. Una escultura que, a lo largo de su extensa vida ha sufrido distintos deterioros, siendo el ataque de insectos xilófagos uno de los principales daños. Una patología -conocida desde finales del siglo XVIII-, que al no ser tratada adecuadamente ha supuesto un deterioro estructural muy importante para la escultura al afectar a toda la integridad de la talla. Un daño que aparte de afectar al soporte, también ha afectado a los estratos pictóricos existentes sobre él, pues a la presencia de múltiples agujeros de xilófagos de une el desprendimiento de importantes zonas como consecuencia de la grave situación de la madera subyacente. Lo que ha derivado en que la obra haya tenido que ser restaurada en distintas ocasiones (Francisco Requena, Francisco Sánchez Araciel, José Sánchez Lozano, etc.) a fin de subsanar los daños detectados. Una serie de restauraciones que seguramente realizarían limpiezas físico químicas sobre la superficie policroma, afectando al estrato original. Justo lo que se encontró en la última restauración de la imagen –realizada hace 26 años- tras retirar repolicromías, repintes y barnices; hallando una superficie polícroma barrida que tuvo que ser reintegrada cromáticamente por zonas, dando lugar a la actual policromía de la imagen.
Siendo precisamente esta última aportación cromática la que presentaba un deterioro concreto en cuanto a sus colores, habiéndose visto alterada por un cambio en sus tonalidades, derivado de la técnica empleada hace 26 años, que modificaba sustancialmente los colores aplicados entonces.
Paralelamente a esta patología, hay que señalar también las fisuras detectadas en la parte posterior de la Virgen, derivadas del sistema constructivo y sin peligro para la estabilidad de la obra; roces de la corona metálica en la cabeza de la Virgen; manchas de hongos en puntos muy localizados, procedentes de alguna filtración de humedad; perdidas puntuales de estratos
pictóricos; así como desprendimientos de estratos puntuales localizados mayoritariamente en el monte.
Todo ello ha derivado en un proceso de restauración largo y delicado, pues a la monumentalidad de la obra, se une la dificultad de acceso para el restaurador dada la altura y volúmenes de la obra. Una restauración que comenzó con una limpieza físico-química muy controlada, pues había que eliminar un importante estrato de suciedad sin alterar las aportaciones cromáticas aplicadas en la última restauración; para lo cual se empleó un gel con un pH controlado a fin de retirar en su totalidad la suciedad generalizada, las manchas de moho, pero respetando al mismo tiempo los estratos de color derivados de la última restauración.
Llevándose a cabo una reposición de elementos de soporte perdidos en toda la zona del monte. A la que siguió la reconstrucción de la capa de preparación, seguida de un barnizado intermedio para preparar la superficie de cara a la reintegración cromática diferenciada. Un proceso que, junto al de limpieza, son los que más tiempo se han llevado dada la extensión de superficie a tratar y la dificultad de acceso a todos los puntos de la imagen, realizándose mediante la técnica diferenciada del regatino, subsanando de este modo todas y cada una de las alteraciones detectadas desde el principio.
Finalizando el proceso con un barnizado de protección y con la limpieza de las lágrimas de la cara de la Virgen, alteradas cromáticamente debido a la oxidación del adhesivo empleado hace 26 años al adherirlas; procediéndose ahora a su retirada, limpieza puntual y nueva colocación. Devolviendo el esplendor perdido a esta venerada imagen santo y seña de la ciudad de Cartagena.






CENTRO DE RESTAURACIÓN REGIÓN DE MURCIA
ALEJANDRO MOLINA
DEVOCIONES MURCIANAS

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